Mark Twain dijo: “Los dos días más importantes de nuestras vidas son el día en el que nacemos y el día en el que descubrimos por qué lo hicimos”.

Todo llamamiento tiene tres etapas: preparación, consagración y manifestación. Y cada mover de Dios ha sido marcado por un despertar en el corazón de una generación.

He vivido para amar las Escrituras y su poder transformador en las vidas de aquellos que, a los pies del Maestro, eligieron la mejor parte. Soy el resultado de la suma de muchos hombres y mujeres de Dios que dejaron una huella en mi vida, a través de un legado de enseñanza y predicación de la Palabra,

Hombres que me enseñaron y revelaron el reino y los 4 pilares de aquellos que fuimos llamados a predicar el evangelio de Cristo Jesús a través del poder que existe en el Reino en la:

  1. Revelación

  2. Iluminación

  3. Impartición

  4. Activación de la bendita palabra de Dios.

Debemos saber en qué creemos y por qué lo creemos y la preparación integral de la Palabra y Espíritu es vital para esto. Necesitamos fundamentos sólidos de la sana doctrina y del Espíritu para vivificar la letra y poder aplicar su eficacia en un mundo lleno de retos.

El santo llamamiento es el privilegio más hermoso que un creyente recibe y sus columnas deben estar firmes sobre los fundamentos eternos del reino.

Cada creyente maduro debe tener criterio, mentalidad y lenguaje de reino. Y la universidad teológica de Comunidad de Fe ha sido diseñada con el fin de preparar y equipar por el espíritu Santo,

• Dones
• Unciones
• Llamamientos
• Asignaciones
• Mantos en el Reino

Nuestra misión es preparar, equipar, entrenar y enviar hombres y mujeres a establecer el reino en la tierra. Mi pasión es edificar una universidad donde sus alumnos experimenten el poder de la palabra viva y así levantar un semillero de ministros competentes del evangelio, comprometidos a llenar la tierra con el conocimiento de su gloria.

Así que, con mi total compromiso y el de nuestra cátedra de maestros, les damos la bienvenida y creemos que serán empoderados, precepto sobre precepto y concepto sobre concepto, para manejar eficazmente la espada del Espíritu y cumplir el propósito de Dios para esta generación.

Dr. Herman Davila
Presidente